La necesidad de abordar el estrés, la ansiedad o el desasosiego ha llevado a un grupo de enfermeras de la UCI pediátrica del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria de Tenerife a vincular sus cuidados con el arte. Partiendo de esta idea, están trabajando en nuevas herramientas que ayuden a niños y padres a gestionar sus emociones ante un ingreso hospitalario para el que, a priori, nadie está preparado. Lo están haciendo en el marco de un proyecto denominado ‘Concomitentes’, que promueve la creación de obras de arte y media entre la sociedad civil que las necesita y los artistas que las producen. Aquí es donde aparecen la Fundación Daniel y Nina Carasso y la figura de Felipe González Gil como mediador y representante de ZEMOS98, una cooperativa de investigación y producción cultural con sede en Sevilla. «Concomitentes es el punto de encuentro de todos», subraya Felipe. «En primer lugar, la Fundación Carasso. Ellos tienen dos ámbitos de actuación, relacionados con la alimentación sostenible y con el arte ciudadano. Para sus proyectos, cuentan con una red de mediadores, de personas involucradas al mismo tiempo en el activismo social y en el arte. Aquí es donde entra mi participación y la de ZEMOS98. A nivel personal, conocía la inquietud de las enfermeras de la uci pediátrica del hospital de Candelaria, con un grupo de trabajo que venía identificando la falta de recursos para abordar el estrés o la ansiedad de los niños hospitalizados y les propuse formar parte de Concomitentes, la asociación cultural sin ánimo de lucro que integra los proyectos españoles».
Junto a la iniciativa tinerfeña, también están llevando a cabo otros proyectos sobre diversidad funcional y teatro en Barcelona, sobre nuevos usos y aprovechamiento de la biblioteca de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, y sobre recuperación de patrimonio en el parque El Pasatiempo, de finales del s. xix en Betanzos (A Coruña). Concomitentes es el nombre que agrupa a todos los proyectos. «Es un juego de palabras, vinculado con el verbo concomitar, que significa acompañar a alguien durante el desarrollo de una acción. Nuestro proyecto permite que alguien que tiene una necesidad en su comunidad y no cuenta con los recursos económicos necesarios, tenga la posibilidad de resolverla interviniendo a través de una obra de arte», explica Felipe.
El punto de partida del proyecto fue la necesidad de generar una herramienta para hacer más llevadero el ingreso de los niños
El punto de partida del proyecto de la UCI pediátrica del Hospital de Candelaria «fue la necesidad de generar algún tipo de herramienta para hacer más llevadero el ingreso de los niños y que les ayudase a afrontar una situación tan compleja para ellos», señala el enfermero Enrique Chinea. «En este tipo de unidades resolvemos situaciones muy críticas en un momento puntual, pero posteriormente esta realidad se puede repetir o prolongar en el tiempo. Cuando esto ocurre, pensamos que los niños necesitan algo para sentirse más cómodos y que comprendan lo que les está ocurriendo. El objetivo es que entiendan que hay unas técnicas que necesitamos hacer, que van a beneficiarle y van a permitir su recuperación. Partiendo de esta base, comenzamos a trabajar en las concomitancias». Para ello, generaron un grupo de discusión, formado por cinco profesionales de enfermería, que trabaja mediante una metodología participativa y cuenta con el apoyo puntual de otras enfermeras y pediatras. «Identificamos hasta 30 situaciones diferentes que se repiten con frecuencia, desde poner una vía o administrar medicaciones hasta el momento del baño. Son muchos escenarios de intimidad del niño o la niña que tienen que afrontar con personas desconocidas y tú tienes que emplear tu ingenio y habilidad para que no lo pasen mal», analiza la enfermera Liliana Quintero. Todo ello, lo han plasmado en un documento de trabajo, gracias a un proceso de análisis que se ha completado con una revisión bibliográfica realizada por la psicóloga clínica infanto-juvenil Sara Miguel Barrena. Las conclusiones las presentaron en unas jornadas sobre cuidados emocionales en una uci pediátrica celebradas en el hospital de Candelaria, culminando así los dos primeros años de trabajo. «Tienes que trabajar con las emociones», completa el enfermero Severiano Torres. «Hay que ir más allá de la técnica y establecer un vínculo con el niño y sus padres, cuidando la parte emocional. En muchas ocasiones una expresión o un rato de conversación genera tranquilidad y estabilidad».
Concomitentes promueve la creación de obras de arte y media entre la sociedad civil que las necesita y los artistas que las producen
La obra de arte
En la actualidad, el proyecto se encuentra en el momento de definir las personas o colectivos artísticos que van a intervenir, vinculando así arte y cuidados. En este momento es donde adquiere más importancia el trabajo de Felipe González como mediador. «Tras haber realizado el acompañamiento en la primera fase de investigación, ahora están en el proceso de elegir a los artistas que puedan trabajar al servicio de las ideas generadas. Evidentemente, no es fácil convertir la reflexión sanitaria en una obra de arte, tienes que traducir idiomas que hablan de mundos diferentes y aquí es donde estamos interviniendo en estos momentos». El camino está claro: «Cuando los niños ingresan se les para la vida y esto nosotros no lo queremos. ¿Por qué no llegar a ellos a través del arte y la cultura?», reflexiona el enfermero Ruymán Miranda. De esta base parten las tres acciones en cuya ejecución están trabajando: una historia gráfica a modo de cuento; una biblioteca móvil y un podcast. «Está resultando un trabajo muy ilusionante, en el que las enfermeras estamos definiendo una forma de trabajar y una serie de instrumentos diferentes a los que empleamos habitualmente. Nos está requiriendo un gran esfuerzo personal, pero los resultados son muy motivadores, adelanta la enfermera Laura León.
A modo de cuento, tienen previsto desarrollar una historia gráfica en la que quieren vincular a varios artistas. «No queremos que sea un folleto, sino que tenga un formato diferente, que combine narración e ilustración, que sea fácil de leer y vaya más allá de la uci, para que el niño la pueda trasladar a sus vivencias», describe Enrique Chinea.
En cuanto a la biblioteca, la idea es desarrollar una especie de carrito móvil que se pueda desplazar por la unidad con un fondo de libros y cuentos adaptados a todas las edades y necesidades. «Queremos que sea un punto de encuentro con los niños y las familias, incluso un punto de apoyo para todos ellos. Ingresan niños de hasta catorce años y como profesionales, tenemos que estar a la orden del día en sus juegos, sus gustos e inquietudes, la música… Por ello, la biblioteca nos puede servir para establecer esa relación de confianza tan necesaria para todos», señala Liliana Quintero.
Por último, el podcast va a permitir dar voz a todas las personas vinculadas con la UCI, desde los niños y sus padres hasta los profesionales, proporcionando una visión integradora. «Queremos comunicar una visión global para que todos tengan su espacio y la posibilidad de compartir sus vivencias. Hemos vivido historias muy bonitas. Ahora mismo recuerdo la de una pequeña irlandesa, que estuvo con nosotros cuando tenía ocho años. Ahora es universitaria y seguimos en contacto. Cada vez que viene a la isla tratamos de vernos. Somos capaces de generar muchos vínculos y esto lo queremos trasladar al podcast», explica Enrique Chinea. En esta misma idea profundiza Felipe González, aportando su visión externa sobre el tema. «Cuando comparten sus reflexiones, ves que tienen una necesidad de generar contextos comunes, espacios para el autocuidado, la formación o el desahogo. Esto lo pueden lograr a través de sus historias».
En la formulación de las tres ideas subyace el concepto de cuidado que bien describe Felipe, basando su reflexión en el aprendizaje que ha supuesto para él descubrir el trabajo de las enfermeras en la uci pediátrica: «Una de las alternativas que barajamos fue desarrollar un producto que se pudiera consumir en una tablet, por ejemplo, grabar un corto de animación. Pero finalmente lo descartamos porque queríamos crear algo más analógico o físico. La respuesta a la confluencia entre cuidados y arte la encontramos en dispositivos más relacionales. Las formas que tenemos de generar vínculos siguen pasando por herramientas que no son las pantallas. Con un cuento puedes llegar a un niño o una niña que siente malestar y sacarlo de su burbuja de dolor, miedo o inseguridad, para que se sienta mejor atendido a través de la conversación. la escucha, la imaginación… Es verdad que estamos en un mundo cada vez más digital y desbordado por las pantallas, pero respecto a los cuidados creo que todo lo que sea cuerpo, voz o tacto es imprescindible».
Obra abierta
Una de las cuestiones que están teniendo en cuenta es que todo el material generado en torno a Concomitentes sea replicable. «Todo lo que generemos tiene que estar bajo la filosofía del código abierto para que pueda ser empleado en otras ucis pediátricas o por cualquier persona que lo necesite», matiza Felipe González.
Todas las enfermeras que están participando en la iniciativa, destacan el enriquecimiento personal y profesional que les está suponiendo Concomitentes. «Cuando comenzamos a plantear las primeras ideas siempre tendíamos a proyectos más sencillos, pero al final el trabajo participativo y todas las visiones de los compañeros nos han ido enriqueciendo e identificando necesidades y nuevas áreas de trabajo», reflexiona Enrique Chinea. «Para nada esperaba llegar al punto en el que nos encontramos. Me ha sorprendido la capacidad de trabajo, de generar ideas y de invertir tiempo y dinero de todas las personas e instituciones involucradas. Es impresionante», añade Liliana Quintero. «Está suponiendo un refuerzo personal para todos nosotros, que nos está permitiendo salir de la monotonía y ver el trabajo de la enfermería desde una perspectiva diferente», concluye Laura León.
Miradas que fortalecen el trabajo
La primera fase del proyecto ha permitido a Felipe González Gil, mediador de Concomitentes y representante de ZEMOS98, conocer de cerca el trabajo de la enfermería, especialmente de las enfermeras de la uci pediátrica del Hospital de Candelaria de Tenerife. «Tienen un poso de conocimiento de una dimensión que no puedes llegar a imaginarte. Se enfrentan a unas situaciones muy complejas y es algo fascinante. Sin embargo, a pesar de ello, en ocasiones pueden tener una menor legitimidad o jerarquía que otros profesionales sanitarios. Por este motivo, uno de nuestros objetivos es que el trabajo que realizan se vea respaldado por todos los proyectos que vamos a llevar a cabo en torno a ‘Concomitentes’». Un ejemplo de ello fueron las jornadas de presentación que realizaron en Madrid, con la presencia de numerosas personas vinculadas con el mundo de la cultura. «Obtuvimos una respuesta buenísima y tomó cuerpo la idea de vincular arte y cuidados», explica el enfermero Ruymán Miranda. «Fue maravilloso», recuerda la enfermera Liliana Quintero. «Piensa que llegábamos de una comunidad alejada y a pesar de ello el acto tuvo una gran acogida. No esperas que otras personas, ajenas al ámbito sanitario, se interesen por el proyecto y lo acojan tan bien. Esto te anima a seguir adelante y a seguir trabajando para que la enfermería sea más conocida». En esta misma línea se pronuncia el enfermero Severiano Torres. «Nos hemos dado cuenta de que trabajamos, en muchas ocasiones, de manera automática y que terminamos normalizando todo. Cuando cuentas tu labor a otras personas ajenas a ti, como puedan ser periodistas, y ver el valor que le dan es cuando tú mismo le das la importancia que realmente tiene. A veces, el mismo estrés del día a día es el que no te permite analizar todo en su verdadera dimensión y esto lo consigues cuando lo plasmas en documentos de trabajo».