Calidad percibida

Calidad de vida frente a la cardiopatía

Entramos en la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Universitario de Getafe para conocer el trabajo de enfermeras y fisioterapeutas con los pacientes con cardiopatía.

22 junio 2017 / Número 14 6 minutos de lectura

“Es un programa que tiene una incidencia brutal en los pacientes. La calidad de vida aumenta de forma que les cambia la vida, valga la redundancia”, afirma María Nogueira, fisioterapeuta del Hospital Universitario de Getafe, sobre el trabajo que realizan en la Unidad de Rehabilitación Cardiaca, destinada a la recuperación y rehabilitación de pacientes con cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca, cardiopatías congénitas, valvulopatías y vasculopatía periférica. “Es fundamental que las personas con este tipo de patologías realicen una rehabilitación de este tipo para que haya una continuidad en el tratamiento”, asegura Beatriz Kindelán, supervisora de fisioterapia. “La enfermedad cardiaca es una de las principales causas de mortalidad en España. Tenemos mucha población a tratar, por lo que la existencia de este tipo de servicios es muy importante para la población”, subraya María Nogueira.

La unidad del Hospital de Getafe está formada por un equipo mutidisciplinar integrado por una enfermera, un fisioterapeuta, un cardiólogo, un médico rehabilitador y un psicólogo. Cuenta con un espacio común de unos 70 metros cuadrados, ubicado en el Área de Consultas Externas, distribuido en dos consultas, un vestuario y un gimnasio equipado con cinco cicloergómetros y una cinta continua. Al programa de rehabilitación acceden grupos de seis pacientes, La duración aproximada de las sesiones es de ocho semanas, en la que realizan entrenamiento físico, educación en hábitos de vida saludable y psicoterapia. “Llevamos a cabo un trabajo muy bonito, con resultados excelentes, que sobresale por el trabajo en equipo. Estamos en continuo contacto. Por ejemplo, enfermería y fisioterapia trabajan muy conectadas”, señala Beatriz Kindelán.

Junto al ecocardiograma, cada persona realiza un test de esfuerzo que consiste en seis minutos de marcha. “De esta forma, objetivamos la frecuencia cardiaca antes de comenzar el entrenamiento. Sobre estos datos, el primer mes tienen que llegar al 75 % de la frecuencia cardiaca máxima y el segundo al 85, siempre adaptándonos a las características de cada paciente”, explica la fisioterapeuta María Nogueira. “El primer día, realizamos una entrevista personal y les facilitamos una hoja de marcha, para que vayan registrando el ejercicio físico que realizan en casa. A partir de ahí, comienza el entrenamiento, lunes, miércoles y viernes, dos horas cada día, de 8 a 10. En los cicloergómetros realizamos un ejercicio interválico, con un minuto de carga máxima y otros tres al 50 %. Mientras que en la cinta rodante vamos aumentando la inclinación y la velocidad a medida que pasan las semanas, incrementando el tiempo hasta llegar a los 45 minutos al final del programa. Conforme avanzamos, la frecuencia se estabiliza y la bomba cardiaca es más eficaz, que es el objetivo final del entrenamiento”.

La actividad física se lleva a cabo con un control individualizado y la monitorización continua. En este seguimiento participan las enfermeras, según indica Beatriz Kindelán. “Realizamos un estudio previo del paciente, vigilando los niveles de glucosa, tensión… Durante las sesiones comprobamos el electrocardiograma, las tomas de tensión y de saturación de oxígeno, comprobando que la información de las máquinas se corresponde con las tomas de tensión”. Precisamente la falta de personal enfermero es lo que impide al Hospital de Getafe ampliar el número de grupos que acceden al programa de rehabilitación cardiaca.

Beatriz Kindelan, supervisora de fisioterapia
“Es un trabajo muy bonito, pues obtenemos resultados muy satisfactorios con los pacientes gracias a la colaboración de todo el equipo multidisciplinar
de la unidad”

Charlas formativas

Junto al entrenamiento, los pacientes reciben charlas formativas de cada uno de los profesionales y sesiones de relajación con la psicóloga. “Son ocho sesiones de educación sanitaria para enseñar a cada persona a manejar su enfermedad, prevenir recaídas, mejorar sus hábitos de vida y reforzar el cumplimiento terapéutico”, enumera Beatriz Kindelán. En el caso de enfermería se fomentan los hábitos de vida saludable y la nutrición y la fisioterapia profundiza en la integración del ejercicio físico en las rutinas diarias y en el uso del pulsómetro para que controlen los esfuerzos que realizan.

Tanto Beatriz como María destacan la gran respuesta de los pacientes, quienes realizan un esfuerzo importante para participar en el programa durante más de dos meses seguidos. “Llegan con un miedo enorme, porque han visto la muerte de cerca. Pasan de no moverse porque temen hasta subir una escalera a hacer ejercicio diario intenso. Esto les cambia considerablemente la vida. A veces les cuesta al principio. Depende mucho de su personalidad, por eso es importante la presencia de la psicóloga. Pero, realmente, al final todos cambian para bien”, analiza María Nogueira.

Los resultados obtenidos con los pacientes son muy satisfactorios, como demuestra la ergometría final. “Los datos son excelentes, pues mejora la fuerza muscular, la reacción del corazón a cada esfuerzo, la frecuencia cardiaca, la tensión arterial, etc.”, evalúa Beatriz Kindelán.

El perfil de los pacientes

El perfil de los pacientes con cardiopatías está cambiando en los últimos tiempos, pues cada vez son más jóvenes. “Antes eran mayores, pero cada vez tienen menos edad. Esto es debido al estrés considerable de sus trabajos, a malos hábitos como el tabaquismo y a la falta de ejercicio físico en su vida cotidiana. Son factores de riesgo que influyen en la aparición de las patologías relacionadas con el corazón”, explica María Nogueira, fisioterapeuta del Hospital Universitario de Getafe.
“La respuesta que obtenemos de ellos es muy buena”, completa Beatriz Kindelán, supervisora de fisioterapia. “Una vez concluyen la rehabilitación, pueden seguir haciendo su vida normal y reincorporarse a su trabajo”.

La trayectoria de la unidad

La Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Universitario de Getafe funciona desde el año 2014. Este tipo de servicios está muy extendido en todos los hospitales españoles, pues es evidente que el trabajo realizado en ellos por los profesionales sanitarios aumenta la calidad de vida de los pacientes con cardiopatías, tanto a nivel físico como social y psicológico. De forma complementaria, también mejoran el pronóstico de la patología cardiaca a través de un mayor control de los factores de riesgo, la optimización del tratamiento y los beneficios relacionados con el ejercicio físico.

Además, la fisioterapeuta María Nogueira subraya la importancia de este tipo de unidades. “A largo plazo, el trabajo que realizamos con los pacientes ahorra muchísimos gastos al sistema sanitario”.

María Nogueira, fisioterapeuta:
“Este tipo de unidades son muy importantes porque mejoran la calidad de vida de los pacientes y disminuyen los gastos sanitarios”

También rehabilitación respiratoria

La Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Universitario de Getafe también se emplea para la rehabilitación respiratoria de pacientes con EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y enfisema. En concreto, los martes y jueves, son los días que las personas con patología cardiaca reciben charlas formativas o participan en sesiones de relajación con la psicóloga. En esta ocasión solo intervienen los fisioterapeutas, que en este centro son María Nogueira y Araceli López, apoyados también por Neumología, para el caso de que ocurra algún imprevisto.

Este servicio lleva funcionando desde hace más de un año. La fisioterapeuta María Nogueira explica el trabajo que realizan: “Seguimos el mismo sistema. Monitorizamos su frecuencia cardiaca, saturación… Vemos el electrocardiograma que tienen en todo momento, la tensión cada cinco minutos… Si bien, nuestros objetivos son diferentes. En lugar de las cargas, trabajamos el tiempo para que en su vida diaria sean capaces de mejorar, aunque sea un poco, y puedan subir escaleras sin tanta sensación de disnea, puedan dar un paseo más largo… Son pacientes crónicos, con muchas limitaciones, en los que también conseguimos aumentar su calidad de vida con pequeños cambios. Muchos no salen de casa y gracias a esta rehabilitación comienzan a hacerlo. Al principio usamos oxígeno. Hacemos técnicas de limpieza bronquial, con ejercicios que sirven de calentamiento, posteriormente el entrenamiento y, finalmente, los estiramientos”.

Continuidad en Primaria

Una vez finaliza el programa, la continuidad con la Atención Primaria es fundamental, para que los pacientes no retrocedan en lo avanzado y mantengan la adherencia al tratamiento. En este aspecto es donde están trabajando en el Hospital de Getafe, a través de la enfermera de enlace, como explica Beatriz Kindelán. “Remite el informe de alta de enfermería y fisioterapia a la enfermera de Primaria, para que sigan controlando al paciente, promoviendo que cumpla con las recomendaciones que aquí les realizamos, fomentando así la adherencia al tratamiento”.

María Nogueira forma parte del Comité de Rehabilitación Cardiaca del Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid. “Entre nuestras líneas de trabajo está la coordinación entre la Atención Primaria y los Ayuntamientos para mejorar el seguimiento de los pacientes. Una de nuestras propuestas es que tengan a su disposición los polideportivos municipales donde un profesional pueda controlarlos”.

Formación específica y necesaria de fisioterapia

La mejora de la formación de los fisioterapeutas que integran este tipo de unidades es una de las cuestiones en las que aún queda mucho por avanzar, a juicio de María Nogueira: “Yo me he formado por mi cuenta, con un máster de rehabilitación cardiaca y respiratoria, pero no todo el mundo lo hace. Es un problema de nuestra profesión. Necesitamos personal especializado. No cualquier persona puede hacer de todo, porque son pacientes con los que a veces pueden surgir dificultades e imprevistos para los que tienes que estar preparado. Tenemos mucha población que tratar y somos muy pocos”.

 

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