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Enfermería en la feria de Sevilla

Las enfermeras Macarena Borrero y Celenia Vargas cuentan su experiencia como voluntarias del dispositivo de Cruz Roja en la feria de Sevilla.

04 julio 2016 / Número 10 5 minutos de lectura

El recinto ferial de Sevilla tiene una superficie de 275.000 metros cuadrados, organizados en veinticinco manzanas y quince calles, donde se ubican más de 1.000 casetas. A estos datos hay que sumar los 125.000 metros cuadrados de la conocida como “calle del infierno”, donde se ubican las más de 300 atracciones infantiles, de ocio y entretenimiento. Es una pequeña ciudad que cobra vida durante una semana, donde el dispositivo sanitario establecido por Cruz Roja se convierte en un gran centro de salud que atiende a los feriantes, ya sean trabajadores o público. En 2016, realizaron 1.188 asistencias, entre las que destacan 270 por heridas, 136 por intoxicaciones etílicas, 80 lipotimias, más de 40 quemaduras y 13 patologías cardíacas. Además, 68 personas tuvieron que ser trasladadas a un centro sanitario, lo que indica la capacidad de gestión y resolución de incidencias del operativo, una especie de hospital de campaña. Sus instalaciones están compuestas por un módulo de triaje y otros dos de observación con 16 camas. También cuenta con dos consultas de enfermería para curas, inyectables y tratamientos respiratorios, dos consultas médicas y un módulo de cuidados críticos con dos camillas para pacientes con prioridad 1. El complejo está ubicado en la avenida Alfredo Kraus, junto a las oficinas de la policía y del servicio municipal de limpieza. El personal está compuesto por médicos, enfermeras, técnicos de ambulancia, auxiliares de farmacia y socorristas, entre otros profesionales sanitarios.

Ruth Reinaldo Iriso, enfermera coordinadora del dispositivo

“Una vez suena el cohete que anuncia la salida del encierro te tranquilizas y a lo que venga. Sólo tienes que hacer bien tu trabajo”.

Durante la feria, Cruz Roja es la responsable de toda la asistencia sanitaria en el real. Para ello, cuenta con al menos tres enfermeras contratadas para cada turno, mañana, tarde y noche. A ellas, se unen las profesionales que colaboran como voluntarias. Este 2016, Celenia Vargas Bautista ha colaborado como voluntaria y como coordinadora de todo el dispositivo. “A nivel de voluntariado, te encargas de que todos estén en el lugar que tienen asignado, resuelves las incidencias logísticas que pueden surgir y coordinas toda la atención cuando surge algún aviso”. Al igual que Celenia, Macarena Borrero también ha sido la responsable de coordinación de todo durante dos días. Otros dos ha colaborado como enfermera y un quinto ha estado en una de las diez ambulancias con las que llega a contar el dispositivo en las horas de más afluencia de público. “Trabajamos según un protocolo previamente establecido de años anteriores. Antes de la feria nos reunimos todos los coordinadores y estudiamos si añadimos algún cambio. Por ejemplo, este año hemos incluido la figura de los socorristas a pie. Llevaban un botiquín de primeros auxilios y estaban repartidos por los diferentes puntos del recinto para que la primera intervención sea lo más rápida posible, mientras llega la ambulancia”. El desplazamiento por la feria es uno de los aspectos más complejos, especialmente durante el día, cuando está abierto el paseo de caballos por las calles principales, que finaliza a las ocho de la tarde. “Hasta que finaliza el paseo, a las ocho de la tarde, distribuimos a las ambulancias por distintos puntos del recinto. Posteriormente, durante la noche, las concentramos en la calle Alfredo Kraus”, explica Macarena.

Feriaferia 1 cmyk

Ambulancia 3

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El perfil de las intervenciones de las enfermeras cambia en función de la hora del día. Durante la mañana, cuando hay menos público, el dispositivo de Cruz Roja funciona como un centro de salud al que acuden, especialmente las personas que están trabajando en la feria. “Sobre todo vienen los feriantes que tienen que hacerse curas o se han hecho alguna herida durante la noche, como los camareros y el personal de cocina”, explica Celenia. “En cambio, por la tarde, las lipotimias, las caídas y las patologías cardiacas son las intervenciones más frecuentes, especialmente de las personas mayores que van a la feria a almorzar. Mientras que por la noche las intoxicaciones etílicas y las lesiones por peleas son los casos más habituales”.
Feria 3 cmykA modo de anécdota, Macarena recuerda a una mujer embarazada que rompió aguas. “Fue un día de mucho calor y muchos caballos en el paseo. Salimos con la ambulancia medicalizada. Cuando llegamos, comprobamos que la señora no había empezado a dilatar. En ese momento avisaron de nuevo a la UVI para otra urgencia y fue la Policía Nacional la encargada de evacuar a la mujer fuera de la feria. Finalmente, su marido la terminó llevando al hospital”.

El trabajo social es otro de los aspectos destacados que realizan las enfermeras durante la feria de Sevilla. Durante una semana, son situaciones muy diversas las que tienen que atender, según señala Celenia. “Ocurren muchos casos de problemas sociales. Cuando detectamos alguno, lo ponemos en conocimiento del equipo de emergencia social del Ayuntamiento de Sevilla, que cuenta con psicólogos que se hacen cargo del asunto. Un año tuvimos que intervenir en un maltrato verbal de un adulto contra una niña. Llamamos a la policía para que se hiciera cargo. Aunque la gente va a la feria para divertirse, pueden ocurrir muchas situaciones de este tipo”.

Ariane García Sanmartín, enfermera integrante el dispositivo

“Trabajamos con un gran grupo. Muchos de nosotros repetimos todos los años y nos conocemos muy bien. Somos una pequeña familia”.

Tanto Macarena como Celenia afirman que les compensa trabajar como voluntarias de Cruz Roja en la feria. Macarena ha vivido ya cinco ediciones. Trabaja en una empresa privada de terapia respirtoria, por lo que en la feria realiza otras tareas propias de la enfermería que no puede hacer durante el resto del año. “Aprendo muchísimo, cada año más. Hago técnicas, fundamentalmente de suturas, que es algo que siempre debemos practicar y tener fresco. Mejoro como profesional y además, aunque trabajamos mucho, me lo paso fenomenal con todos mis compañeros”. Además, afrontan situaciones que en su día a día, en condiciones normales, no suelen ocurrir, como destaca Celenia Vargas, enfermera en los hospitales Infanta Luisa de Sevilla y San Agustín de Dos Hermanas (Sevilla), con seis ferias como voluntaria: “En un centro sanitario, cuando no sabes algo puedes acudir a otros compañeros. Sin embargo, cuando tienes que montarte en una ambulancia para atender una urgencia en algún punto del recinto ferial, sólo vamos tres compañeros que debemos resolver la situación que nos encontremos. En este sentido, la feria es muy buena para aprender, especialmente en un ámbito extrahospitalario”.

Etiquetas: urgencias y emergencias,Cruz Roja,primeros auxilios,voluntariado