Una estudió en Galicia, en Santiago, y se mudó a Barcelona al terminar la carrera de enfermería. La otra ya estaba cerca de la ciudad condal, concretamente en Manresa, y ahí continuó su camino profesional. Ellas son Nerea Cid y Tania Baena. Enfermeras que, ahora, trabajan juntas en el Hospital de Día de Enfermedades Infecciosas del Hospital Germans Trias i Pujol, donde han puesto en marcha una estrategia de prevención de transmisión del Virus de Inmunodeficiencia Humana – VIH basado en el suministro de la PrEP: profilaxis prexposición.
A través del teléfono, conexión Madrid-Barcelona, lo primero que nos detallan es en qué consiste, exactamente, la PrEP. «Son medicamentos que toman las personas que están en riesgo de infección por el VIH para prevenir contraerlo a través de las relaciones sexuales». Garantizan que, «cuando se toman según las indicaciones, los medicamentos de la PrEP son altamente eficaces para prevenir la infección por el VIH».
Tania y Nerea nos cuentan que la ‘idea’ surgió de la propia necesidad. «Desde nuestra unidad del Hospital de Día, donde abarcamos mucha población VIH positiva, nos surgió la necesidad de instaurar allí un mecanismo de prevención y educación sanitaria». Eso les llevó a la PrEP, «que ya se hacía en Barcelona desde hace unos cinco años, en bcn PrEP-point”, el primer centro comunitario europeo especializado en la PrEP. De hecho, allí es donde adquirieron todos los conocimientos relativos al tratamiento. «Acudimos a formarnos, a ver cómo lo hacían y poder adaptarlo a nuestra unidad, y a un nivel hospitalario».
De izquierda a derecha, equipo PrEPITS: enfermera Nerea Cid, Dra. Alemany, Dr. Vall, Dra. Ubals y Dr. Mendoza
Perfil del usuario
Al contrario de lo que se pueda pensar, estas enfermeras catalanas -adoptivas al cincuenta por ciento- nos cuentan que los usuarios, «que no pacientes, porque no están enfermos», son personas «totalmente sanas desde los 16 años», y que se preocupan por su salud, especialmente, por el VIH, aunque no son tan conscientes de los demás riesgos. «Tienen una gran preocupación con el VIH, pero tienen menos preocupación por otras ITS (Infección de Transmisión Sexual) como son las clamidias o la gonorrea». «De hecho, si fuesen personas que no se preocupan por su salud, no buscarían ni entrarían al programa», concluyen.
El perfil de usuarios, dicen, es mayoritariamente de «hombres homosexuales que tienen numerosas relaciones de riesgo, a veces consumo de drogas, y que contraen un mínimo de infecciones bacterianas durante el último año». Este último dato es una de las condiciones terapéuticas para acceder al programa. Actualmente, para poder entrar, «se ha reducido a una ITS en el último año». Tania y Nerea matizan que, «hace poco, han cambiado las indicaciones de la PrEP y se ha incluido a mujeres que consideren que tienen un riesgo alto de contraer el VIH, y también mayores de 16 años que puedan tomar la medicación».
Este sistema incluye una parte de educación sexual y, aunque ambas coinciden en que muchos usuarios continúan teniendo prácticas sexuales de riesgo, «esta alternativa no potencia dichas prácticas». «No hemos encontrado que los pacientes que tenemos en PrEP tengan una mayor incidencia de its que la población que no está dentro del tratamiento», aseguran. También detallan que es importante recordar que las relaciones sexuales de riesgo no solo incluyen la penetración, «también es el sexo oral, por ejemplo». «Por eso, intentamos educar al paciente, para que sepa que el resto de infecciones de transmisión sexual están ahí, y por eso, también, se hace un cribaje cada 3 meses».
Para la medicación, explican, «no hay tiempo límite definido». Se puede tomar de forma prolongada sin problema porque “es segura». Así lo avalan los estudios iprex, «suministrando la pauta diaria del tratamiento». Sumado a ello, añaden, «Ministerio y OMS recomiendan esa pauta diaria», aunque «hay también una pauta que se llama a demanda, que la tomarían usuarios que no suelen tener relaciones sexuales de riesgo a diario, pero sí saben que pueden tener una relación sexual de riesgo muy puntual».
«Esta alternativa no potencia la práctica de riesgo. No hemos encontrado que los pacientes que tenemos en PrEP tengan una mayor incidencia de ITS que la población que no está dentro del tratamiento»
¿En qué consiste el tratamiento?
Tampoco es necesario un proceso arduo y complejo para comenzar la PrEP. «Tenemos abiertas urgencias de ITS por las tardes en el Hospital de Día y, ahí, pueden venir los usuarios y solicitarlo». El PrEP -Point, matizan, «tiene una espera muy larga, de unas 700 u 800 personas, lo que corresponde a un año y medio o, incluso, dos», por eso «nos han derivado a muchas personas». Eso sí, los controles han de continuar en el centro donde se inicie el tratamiento, o esperar la lista de espera del centro solicitado, ya que los centros “no estamos conectados entre nosotros”. Concretamente, en el Hospital de Día en el que trabajan Tania y Nerea, “llevamos a una cantera de 220 personas, aproximadamente».
Cuando el usuario solicita cita con la consulta PrEP, se les facilita toda la información sobre en qué consiste, «cómo se tienen que tomar la medicación, de qué protege y de qué no, y hacemos educación sanitaria más allá del vih». Posteriormente, «realizamos una analítica completa con control de la función renal y con un cribaje de its de manera basal para conocer cómo está la persona en ese momento». Este proceso lo «vinculamos a la semana siguiente, con una visita presencial con el médico, donde se revisan, de una manera conjunta, los resultados de la analítica y otro tipo de riesgos que pueda tener el paciente. La historia clínica general, anamnesis…».
«Se ha demostrado que abastecer a todo este tipo de población que está en riesgo supone un ahorro, anualmente, de seis veces lo que costarían sus tratamientos si se infectaran de VIH»
En esa visita con el médico, donde se revisan y se aclaran dudas, «se puede hacer un chequeo con un test rápido de VIH para confirmar. Si todo está bien, «ese mismo día, se hace la receta y se baja a farmacia para recoger medicación para un mes». Las enfermeras recuerdan que «es totalmente subvencionada», aunque «la dispensación se hace exclusivamente desde la farmacia del hospital». Dicha medicación es «una combinación de emtricitabina (ftc) y tenofovir disoproxil (tdf), que actúan bloqueando un elemento del virus que le permite infectar las células y fabricar más virus. De esta manera, la persona que toma PrEP bloquea la infección por VIH».
Al mes, el usuario debe acudir a la visita de control, «de tolerancia que le llamamos, para ver cómo les ha sentado la medicación y valorar efectos secundarios». En esa misma visita, «se hace un mini chequeo de serología, y ya, durante el primer año, le tocará, cada tres meses, hacer serologías y cribajes de ITS». A partir del año, según la última actualización del protocolo, también “se mantienen los cribajes sanguíneos y de ITS cada tres meses».
En cuanto al coste-efectividad del tratamiento para nuestro Sistema Sanitario, Tania y Nerea aseguran que «existen estudios de evaluación económica de la PrEP que demuestran que puede ahorrar grandes costes al Sistema Nacional de Salud». Más específicamente, según los datos del XII Congreso Nacional de la Coordinadora Estatal de VIH y Sida (cesida), «asumiendo una efectividad del 86%, los beneficios se alcanzarían en 16 años, y el ahorro acumulado para el Sistema Sanitario podría alcanzar los 93 millones de euros en 40 años».
Nuestras entrevistadas recuerdan que, paralelamente a la consulta de PrEP, «en la unidad, disponemos de la consulta de Infecciones de Transmisión sexual (ITS), donde se atienden visitas espontáneas o programadas y se realiza una atención sexual integral». El equipo total cuenta con cuatro médicos que dan soporte a la consulta de PrEP.
Proyección de futuro
Aunque, por el momento, no se han lanzado a hacerlo, tanto Tania como Nerea aseguran que quieren dar continuidad a esta prevención y educación sexual relativa a las infecciones de transmisión sexual. «Ojalá podamos, pronto, enfocarlo a charlas y más educación sanitaria». La consulta PrEP «tiene poquito tiempo todavía» y demanda mucha atención, pero están seguras de que su misión no termina aquí. «Seguiremos avanzando».