La simbiosis entre la formación y la práctica es, en ocasiones, una asignatura pendiente. Cada vez son más las instituciones educativas que se marcan como objetivo identificar las necesidades del mercado laboral para ofrecer una formación acorde a sus alumnos. Esa meta es la que se ha fijado el Instituto Francisco García Pavón de Tomelloso (Ciudad Real). Este centro educativo que cuenta con enseñanzas de Formación Profesional, entre las que se encuentra el ciclo formativo de Cuidados Auxiliares de Enfermería, apunta a la necesidad de acercar a los futuros profesionales la realidad de la atención a los pacientes.
A través del programa ‘Inmersión en el hospital’, los estudiantes del instituto y los trabajadores del hospital de la localidad, mediante talleres y actividades prácticas, intercambian conocimientos. Hablamos con uno de los precursores del proyecto, Antonio Calvo, para conocer en profundidad el proyecto.
Enriqueciendo la enfermería
Antonio Calvo es, además de enfermero, profesor titular en el instituto García Pavón donde desarrolla la que es su verdadera vocación. “Soy enfermero de corazón, pero en mi trabajo como docente es donde puedo aportar más a mi profesión”. Descubrió su amor por la enseñanza hace 18 años y, desde entonces, ha trabajado en distintos centros educativos de Castilla La Mancha. Su profesión la completa con la escritura. Recientemente ha publicado un libro de texto y otro sobre desarrollo personal, aunque admite, “no tiene nada que ver, pero soy muy inquieto”. Esa inquietud es la que le ha llevado a poner soluciones a la “desconexión que existe entre la formación y la realidad de los centros sanitarios. Esta pequeña desconexión no tiene tanto que ver con los medios materiales y sí con las innovaciones o con la experiencia profesional”.
Ahora, es el encargado de coordinar las prácticas de las alumnas del ciclo formativo de Cuidados Auxiliares de Enfermería. Su posición le permite conocer de primera mano las necesidades de los hospitales. “Los profesionales de los centros me trasladan qué cosas no hacen las alumnas y que ellos, en cambio, sí necesitan que pongan en práctica. Creo necesario que sean los propios profesionales de enfermería y fisioterapeutas quienes vengan al centro y nos cuenten su experiencia, la realidad. Eso es muy enriquecedor. Es clarificador para las alumnas e, incluso, para los docentes porque nos ayuda a reciclarnos”.
Sobre el terreno
Antonio Calvo es el ideólogo del proyecto junto a María Luisa Rodríguez, supervisora de enfermería del Hospital de Tomelloso. “Ella me propone el nombre de ‘inmersión en el hospital’ y empezamos a diseñar las actividades. Es María Luisa quien se encarga de integrar en el equipo al director de enfermería del hospital, a una auxiliar de enfermería con bastante bagaje y el fisioterapeuta que realiza la rehabilitación en la misma institución. Entre todos decidimos qué actividades se iban a desarrollar en el hospital y en el centro educativo”.
Estos talleres, reconoce, son “muy prácticos”. Algunos de ellos se han dirigido a mostrar a las alumnas cómo vestirse con el traje de aislamiento, desarrollo de un taller de movilizaciones o realizar debates sobre la humanización en la asistencia sanitaria. “No solo se completa el currículum formativo, además sirve para incitarlas a reflexionar sobre el trabajo de la enfermería”.
El feedback del alumnado invita a seguir trabajando en una iniciativa que ha acumulado buenas opiniones entre los participantes. “Al finalizar cada actividad les pasamos una encuesta de satisfacción. Lo que más destacaron, incluidas las profesoras de asistencia sanitaria, es que los talleres eran muy diversos y participativos. Les gusta mucho poder trabajar mano a mano con profesionales del hospital de Tomelloso. Cuando les pones a trabajar juntos es una maravilla”.
Casi 60 personas han participado en esta experiencia inmersiva que deja vislumbrar un horizonte muy ambicioso. “Pretendemos que este proyecto siga. Nos gustaría que el Servicio de Salud de Castilla la Mancha (SESCAM) lo implementase en otros centros educativos”. Un propósito que, esperamos, tenga cabida en este 2023.
Los profesionales de los centros me trasladan qué cosas no hacen las alumnas y que ellos, en cambio, sí necesitan que pongan en práctica. Creo necesario que sean los propios profesionales de enfermería y fisioterapeutas quienes vengan al centro y nos cuenten su experiencia, la realidad