La investigación sigue siendo una de las competencias de la enfermería más invisibilizada. La puesta en marcha de proyectos que impulsen la capacidad de las enfermeras en este ámbito cotiza al alza. Ponemos el foco en una de las propuestas más ambiciosas que radican en Euskadi. Se trata del proyecto de innovación en gestión Nursing Research Challenge, que propone una estrategia de implantación en las direcciones de enfermería y gerencias. «Se necesita un compromiso también a nivel de gestión para que la investigación enfermera pueda despegar. Creo que en nuestro país ya ha despegado, pero no ha cogido vuelo». Son las palabras de la Dra. Verónica Tíscar, coordinadora de Investigación e Innovación de la OSI Bilbao-Basurto. Un nombramiento que considera un hito para la profesión. «Ha supuesto romper un techo de cristal, ya que es la primera vez que este puesto lo ocupa una enfermera». En la entrevista concedida a Enfermería en Desarrollo, Tíscar destaca los evidentes beneficios de la investigación en la consecución de objetivos que promuevan la calidad asistencial, dando respuesta a las necesidades de los usuarios.
Orígenes
«Es un proyecto que cuenta con diversas fases. Lo primero que hago es un análisis dafo para esclarecer en qué situación estábamos en el País Vasco y, para ello, me pareció esencial no centrarme únicamente en mi organización. Para este análisis invité a 16 enfermeras que tuvieran un amplio recorrido en investigación y/o estudios de doctorado». Una vez pudo hacerse una composición, «vi que el número de enfermeras doctoras es más bien anecdótico». Una vez detectadas las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades, era necesario dar un paso más. Como metodología, diseñó un cuestionario en el que directamente trataba de dar respuesta a las necesidades que había puesto de manifiesto con el estudio dafo. «Hice varias reuniones de coordinación con los expertos y, de esta forma, surge el Libro Blanco de la investigación enfermera en Euskadi. Se publicó en agosto del año pasado a través de la web del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba. Tras compartirlo en redes sociales y en los foros científicos, recibí mucho feedback de otras comunidades», sostiene. La premisa bajo la que se sostiene el Libro Blanco era que expertos comprometidos con la profesión propusieran acciones «factibles, no utópicas» para alcanzar «un punto de inflexión» que permita potenciar y desarrollar la investigación.
«Se necesita un compromiso también a nivel de gestión para que la investigación enfermera pueda despegar. Creo que en nuestro país ya ha despegado, pero no ha cogido vuelo»
Convocatorias nacionales competitivas
Las organizaciones que quieran formar parte del Nursing Research Challenge se comprometen a implantar al menos dos recomendaciones de cada uno de esos seis ejes estratégicos. Para ello, realizan una evaluación basal para conocer la situación de su organización. «Una vez conozcan su punto de partida, se establecen qué recomendaciones que sean factibles van a implantar». Esos seis ejes estratégicos son los siguientes: Detección del talento, Formación, Difusión del conocimiento, Fomentar investigación enfermera dentro de equipos multidisciplinares y multicéntricos, Recursos destinados al fomento de la investigación enfermera y la Incorporación de la perspectiva del paciente. Transcurrido un año, se plantea la primera evaluación, y otra a los cuatro años de comenzar el proyecto. La iniciativa es ambiciosa y quiere traspasar fronteras. «En junio firmamos un convenio de colaboración y licencia de uso con la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería y se va a extender el proyecto a nivel nacional. En Osakidetza vamos a incorporar a todas las organizaciones que quieran, pero a nivel nacional va a ser competitivo. En la convocatoria de 2022 se va a admitir de entrada a diez organizaciones». Tíscar fundamenta la decisión de admitir a un máximo de diez organizaciones, dado que el proceso implica realizar un seguimiento. «Hay que tener en cuenta que la dinámica del Nursing Research Challenge no trata solo de evaluar los proyectos que se presenten». Los mimbres para fortalecer la competencia investigadora de las enfermeras ya están en marcha y el futuro abre una línea optimista. «Espero que los resultados los veamos en unos años. Para mí, lo más importante es que este proyecto va a permitir unir sinergias desde todas las organizaciones y entidades: direcciones asistenciales, Universidad, Institutos de investigación, colegios profesionales, Academia de Ciencias de enfermería… Todas han avalado el proyecto. La mayor parte de las enfermeras trabajamos en organizaciones sanitarias, y que haya ese impulso desde dentro, confío en que suponga un avance importante».