Opinión

No lo dejéis. Os necesitamos

En la reciente gala de los Premios Enfermería en Desarrollo, Ángel Gabilondo, el Defensor del Pueblo, nos dejó una frase que resuena más allá del acto en sí: “No lo dejéis. Os necesitamos”. Esas palabras, sencillas y directas, encapsulan la realidad de la enfermería hoy y nos invitan a una profunda reflexión sobre nuestra profesión y su papel en la sociedad. Una profesión imprescindible, que sostiene el sistema sanitario desde sus cimientos y que, sin embargo, sigue luchando por un reconocimiento que debería ser incuestionable.

05 febrero 2025 2 minutos de lectura

En la reciente gala de los Premios Enfermería en Desarrollo, Ángel Gabilondo, el Defensor del Pueblo, nos dejó una frase que resuena más allá del acto en sí: “No lo dejéis. Os necesitamos”. Esas palabras, sencillas y directas, encapsulan la realidad de la enfermería hoy y nos invitan a una profunda reflexión sobre nuestra profesión y su papel en la sociedad. Una profesión imprescindible, que sostiene el sistema sanitario desde sus cimientos y que, sin embargo, sigue luchando por un reconocimiento que debería ser incuestionable.

Lo vimos reflejado en la Unidad de Oncohematología y TPH del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, galardonada con el Premio Especial de esta edición. Allí, las enfermeras no solo administran tratamientos de altísima complejidad, sino que caminan junto a los niños y sus familias en una travesía donde la esperanza y el miedo conviven. Son un referente porque su labor no se limita a la técnica: construyen espacios de seguridad emocional, gestionan incertidumbres y, en muchos casos, acompañan en momentos donde la medicina no tiene más respuestas, pero el cuidado sigue siendo esencial.

Sin embargo, a pesar de estos ejemplos de dedicación y profesionalismo, aún enfrentamos desafíos significativos en el reconocimiento de nuestra labor. El ex presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, al recibir el Premio Fuden TV, enfatizó en la necesidad de que las enfermeras sean clasificadas como profesionales de categoría A1. Su defensa apasionada subraya una realidad que no podemos ignorar: la falta de reconocimiento oficial no solo frena nuestro desarrollo profesional, sino que también impide aprovechar todo nuestro potencial para mejorar la salud y el bienestar de la sociedad.

Es desconcertante que, en el día a día, todavía nos encontramos con resistencias que desafían el avance de la profesión. Enfermeras de práctica avanzada, con una formación altamente especializada, siguen sin ser reconocidas como merecen. ¿Por qué algunos profesionales ponen trabas al crecimiento de quienes somos sus compañeras naturales de trabajo? La sanidad no puede permitirse barreras entre quienes formamos parte del mismo equipo. La colaboración interdisciplinar no es un ideal, es una necesidad. Cada profesional de la salud aporta una perspectiva única y valiosa, y es precisamente esta diversidad la que enriquece la atención que prestamos.

Enfermeras, médicos, fisioterapeutas, técnicos de cuidados, psicólogos… Todos somos parte de un engranaje que debe funcionar con un objetivo común: el bienestar y la seguridad de todas las personas, en cada ámbito en el que ejercemos nuestra labor. Es nuestra responsabilidad continuar abogando por el reconocimiento que merecemos, no solo por nosotras mismas, sino por las generaciones futuras de enfermeras y, sobre todo, por la salud de las personas, que son el centro de nuestra labor.

“No lo dejéis. Os necesitamos”. Que esta frase no sea solo un eco de una noche de celebración, sino un recordatorio constante de que nuestro papel es esencial. Sigamos trabajando, reivindicando y creciendo. Porque la sociedad nos necesita, y nosotras estamos aquí para responder.

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