¿Cuál es el grado de conocimiento de hábitos sexuales e ITS entre la población joven? Esa es la pregunta de la que parte el estudio que firma Alberto Alcázar Pérez. La respuesta en forma de datos da pie a la preocupación. Entre las cifras más llamativas que arroja el informe se encuentra que casi el 70% de los consultados afirmaron haber mantenido relaciones sexuales sin usar ninguna protección o que más del 40% consideran que la píldora del día después es “un método anticonceptivo válido”.
A través de un cuestionario anónimo, un total de 224 personas de Ciudad Real con edades comprendidas entre los 18 y los 30 años respondieron a 14 preguntas con el objetivo de conocer cuáles son sus creencias sobre las ITS y sus hábitos sexuales. La edad media fue de 23,14 años y el 74% de las encuestadas fueron mujeres.
Inquietud
“El proyecto surge cuando empecé la especialidad. Hablando con otros compañeros que estaban en urgencias y en consultas atención primaria, aseguraban que habían percibido un aumento muy importante de casos de consultas por ITS como clamidia, Virus del Papiloma Humano (VPH) e, incluso, otras con baja incidencia como la sífilis o la gonorrea”.
Ante esa situación, Alberto constató la necesidad de analizar las causas que habían llevado al incremento de casos entre los más jóvenes. “Habría que profundizar más, pero las conclusiones de este trabajo ponen de manifiesto que muchos de los chicos consultados no habían recibido ningún tipo de educación sexual. Y tan solo el 5% la había recibido por parte de personal sanitario”, asegura.
Para atajar este problema, las charlas en los centros educativos son para nuestro entrevistado parte de la solución, aunque la tarea no parece sencilla. “Me encargo de dar educación para la salud en centros educativos y asociaciones. Me estoy encontrando con el problema que la mayoría de los institutos no quieren ofrecer estas actividades porque, hoy en día, es un tema controvertido”. Sostiene que “han recibido quejas” de algunos padres que no consideran apropiado que este tipo de contenido tenga cabida en las aulas.
“Me encargo de dar educación para la salud en centros educativos y asociaciones. Me estoy encontrando con el problema que la mayoría de los institutos no quieren ofrecer estas actividades porque, hoy en día, es un tema controvertido”
Alberto Alcázar imparte talleres en los centros educativos de Ciudad Real
Estigma y tabú
La falta de educación sexual unido a la despreocupación y el inicio cada vez más temprano de las relaciones sexuales, se han convertido en el caldo de cultivo idóneo para la propagación de las ITS. “El miedo que había en los años 2000 o los años del SIDA ha decrecido. En la actualidad, seguramente por cuestiones educativas, la gente es menos consciente de estas enfermedades. Esto se demuestra porque mucha gente es reincidente. Vienen muchas veces a urgencias para que les pinchen el antibiótico y listo. Tienen interiorizado que esto tiene una solución fácil”.
Tampoco hay que olvidar que el sexo sigue siendo “un tema tabú” que genera “vergüenza” entre los más jóvenes. “Antes de iniciar la sesión con los chicos en clase, les digo que anónimamente escriban en un papel una duda que tengan y lo echamos en una caja. Después leemos las preguntas y damos una contestación. Hacen preguntas muy básicas que deberían saber”. Alberto sostiene que el anonimato “ayuda mucho a romper esa barrera, al igual que les cuesta venir a un centro de salud”.
No existe una solución drástica, pero nuestro entrevistado insiste en reforzar las actividades formativas, especialmente en institutos y centros de salud. “Esta función es de los centros de salud, concretamente de la enfermería familiar y comunitaria. Desde mi punto de vista, la comunitaria ha caído un poco en el olvido. Hay que quitar ese estigma que reza que en los colegios e institutos no se puede hablar de educación sexual. Los estudios alertan del aumento de casos de clamidia. Eso quiere decir que algo está fallando. Hay que asegurarse que cuando estos chicos y chicas terminen el instituto, en 4º de la ESO, hayan recibido una educación para la salud sexual básica”.