La cirugía a corazón parado es uno de los mayores avances clínicos del último siglo, permitiendo abordar patologías cardiacas complejas. A fin de ofrecer un corazón parado en diástole y un campo quirúrgico exangüe, los enfermeros perfusionistas establecen la circulación extracorpórea (CEC), mediante sistemas corazón-pulmón con los que mantener una adecuada perfusión orgánica. Sin embargo, y de manera inherente, la CEC acarrea efectos adversos entre los que destacan las alteraciones cognitivas, la activación de la respuesta inflamatoria, así como los fenómenos embólicos y hematológicos.
A fin de reducir el impacto del proceso y promover la recuperación intensificada del paciente, nuestro equipo desarrolla el Recebado Anterógrado Hemático (HAR), como un proceso estandarizado con que reducir la agresión hemodilucional de la CEC, observando en estudios preliminares que parece proteger frente a transfusión de hemoderivados. Para evaluar su beneficios globales se propone una línea de investigación que se inicia con un ensayo clínico aleatorizado y un análisis de puntaje por propensión.
Como resultados, resulta destacable que HAR reduce la exposición a hemoderivados hasta el alta, la estancia en UCI, la liberación embólica y las alteraciones cognitivas, presentándose como una estrategia enfermera coste-efectiva que promueve la recuperación intensificada de los pacientes de cirugía cardiovascular.